Como se viene expresando desde 2015, #NiUnaMenos significó un quiebre cultural en el país. El malestar que vivimos las mujeres por la violencia machista y el odio que sentimos se destapó. Irrumpió en las calles el grito de miles que no queremos ser más víctimas de esta violencia.
Una violencia milenaria legitimada por el Estado y sus gobiernos que reproducen la opresión a las mujeres. El #NiUnaMenos se impuso en la agenda social y política mostrando el problema de la violencia machista, y mostrando al mismo tiempo que las mujeres somos sujetos capaces de poder y querer enfrentarla.
Los índices de violencia machista dan cuenta que las denuncias se mantienen y demuestran la inacción de los gobiernos para prevenirla. En Santa Fe por ejemplo, provincia donde se realizará el Encuentro Nacional de Mujeres este año, cincuenta mil mujeres respondieron un cuestionario on line, el 99 % aseguró haber sufrido violencia de género. La única provincia gobernada por el Partido Socialista, que se pretende progresista pero se sostiene en el ránking de la segunda provincia en femicidios, y en la cual no se aumentó un centavo el presupuesto para la Ley de Emergencia de Género ya aprobada hace varios años. Parte de esta cruda realidad nacional son también las mujeres que tomaron las calles y dijeron basta. ¡Y por todas ellas, junto a ellas, este próximo Encuentro tiene que ser de lucha!
En las calles sí, con el Papa no
Las mujeres iremos al Encuentro enfrentando a un gobierno que por primera vez se muestra abiertamente de derecha. Macri está aplicando un duro ajuste sobre los trabajadores y trabajadoras, con tarifazos, despidos y represión. Y además ya se mostró como un ferviente opositor al derecho al aborto legal. Un camino allanado por el gobierno kirchnerista que sistemáticamente se negó a este derecho, con Cristina como principal opositora.
El kirchnerismo que salió derrotado de las urnas comenzó a desgajarse, no pudieron ser la resistencia a Cambiemos y los movimientos políticos, sociales y territoriales que conducen las organizaciones kirchneristas han dado un giro en considerar al Papa Francisco un aliado. La negativa al derecho al aborto de la jefa del kirchnerismo durante toda la década pasada fue además confirmada recientemente por el representante de Nuevo Encuentro. Martín Sabbatella le pidió disculpas públicamente por asociar una imagen de ella en una convocatoria de charla en el colegio Carlos Pellegrini por la despenalización del aborto. Estas organizaciones kirchneristas, que marcharon por el matrimonio igualitario, por la Ley de Identidad de Género, y por la despenalización del aborto, comulgan con el Papa.
Además en la izquierda existen otras corrientes que emprendieron un acuerdo político con Francisco. El PCR viajó hasta el Vaticano con su principal referente, Juan Carlos Alderete, para abrazarse con el Papa y declarar que comparte con él la visión del mundo. Nada casual en un partido que hace años está en la organización de los Encuentros y hace acuerdos con la Iglesia para que puedan participar de los talleres como institución, tratando de callar así la expresión de bronca de todas las mujeres contra esta institución milenaria y opresiva. El Papa logró unir lo que la ley de retenciones dividió, el PCR aliado de la Sociedad Rural y el kirchnerismo juntos con Francisco.
Nosotras, las mujeres de Pan y Rosas y el PTS, nada compartimos con el Papa. Nosotras peleamos por el derecho de cada mujer a decidir sobre su propio cuerpo, peleamos para que no haya más mujeres pobres y trabajadoras muertas por abortos clandestinos, peleamos por el derecho al aborto legal. ¡Por eso vamos por un Encuentro de Mujeres independiente de la Iglesia y los gobiernos! La única formar de pelear por nuestros derechos.
Miles por un Encuentro que resuelva luchar por todos nuestros derechos
En todo el país Pan y Rosas está desarrollando actividades para llegar a miles, poniendo a disposición La Izquierda Diario y los locales para que las compañeras puedan organizarse. Tenemos una tarea ardua pero muy entusiasmante por delante, emprendiendo el viaje a Rosario en decenas de micros desde casi todas las provincias del país, desde el sur en Santa Cruz, La Pampa, Neuquén, hasta el norte en Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán, pasando por Mendoza, Bueno Aires, Capital Federal, Entre Ríos, San Luis, Córdoba, Santa Fe. Todo para lograr influenciar a miles de mujeres más esos días en cada taller, cada debate para que sea un Encuentro de lucha por todos nuestros derechos, por el aborto legal, seguro y gratuito y por la absolución para Belén. Una importante tarea en la que cada compañera puede ser parte llegando a todas sus amigas, compañeras de trabajo y estudio y en la que cada compañero tiene que involucrarse colaborando en que más mujeres conozcan del Encuentro y quieran viajar con Pan y Rosas a dar estas peleas,
El en año 2003, luego de la asamblea que se hizo en aquel Encuentro, se votó una campaña nacional por el derecho al aborto. Así fue que se impuso por primera vez una pelea extendida en todo el país por este derecho. ¡Tomemos el ejemplo de aquellas mujeres y hagamos lo mismo este año! Que en cada taller se puede votar como organizarnos, si así la mayoría lo decidiera.
Porque aún no conquistamos todos nuestros derechos y porque el Estado no nos regalará ninguno, este Encuentro Nacional de Mujeres puede ser el inicio para poner en pie un movimiento de mujeres en las calles que lucha contra los gobiernos, la Iglesia y la Justicia por todos nuestros derechos. ¡Vamos!