El New York Times destaca que el nuevo gobierno no cumple la promesa de apoyar a los migrantes para evitar confrontaciones con Trump. López Obrador, a pesar de su retórica de defensa de los derechos humanos, le hace el trabajo sucio a la Casa Blanca.
1. Seguir las órdenes desde Washington para frenar a las y los migrantes en territorio mexicano y evitar que crucen el río Bravo es la política migratoria del gobierno de López Obrador, quien dejó muy atrás sus promesas de defender a los migrantes y darles apoyo para que tengan una vida mejor.
2. Impedir el acceso a puentes internacionales para que no lleguen a solicitar asilo en EE.UU., bloqueo de grupos de migrantes en las ciudades fronterizas, interceptar a los menores no acompañados que podrían llegar a territorio estadounidense son algunas de las acciones de las autoridades migratorias mexicanas que se enumeran en la nota firmada por Azam Ahmed y Kirk Semple.
3. Esto se suma al hecho de que el gobierno mexicano aceptó que unas 120 personas que solicitaron asilo en Estados Unidos esperen la respuesta en Tijuana. Y la orden de la administración estadounidense es extender este plan a otras ciudades fronterizas esta semana que empieza el 3 de marzo.
4. De acuerdo con el New York Times, funcionarios del gobierno de López Obrador han calificado su postura sobre los migrantes como una decisión estratégica para no confrontar al presidente Trump. La base de esta decisión es la relación intrínseca entre los dos países, en la que están en juego el T-MEC (la nueva versión del TLCAN), el intercambio de información sobre “seguridad fronteriza”, crimen organizado trasnacional y terrorismo.
5. Más allá de su política inicial condescendiente con los migrantes centroamericanos a quienes le otorgó visas por razones humanitarias, la política migratoria del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el gobierno ha dado un giro que consiste básicamente en frenar la migración para llevar a cabo las órdenes de la Casa Blanca. Detenciones, hacinamiento, malos tratos, son algunas de las políticas disuasoras que despliegan las autoridades migratorias contra quienes huyen de la miseria y la violencia que imperan en Centroamérica, producto de la aplicación de las políticas neoliberales orquestadas desde Washington.
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Continuar la sumisión al imperialismo estadounidense en casi todos los terrenos en que lo hacían los gobiernos anteriores –con la excepción de la postura ante la crisis venezolana, en la cual el gobierno mexicano no apoya a Juan Guaidó ni la intervención extranjera- es, por lo que se puede ver, lo que hay de fondo en la política de López Obrador ante Trump, a quien una y otra vez le ofrece públicamente su "respeto" en aras de no involucrarse en discusiones polémicas.
Es fundamental que los trabajadores que están luchando por aumento de salario, como las obreras y los obreros de la industria maquiladora en Matamoros y los trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana, así como el conjunto de la clase trabajadora y los sectores populares, incorporen a sus reivindicaciones plenos derechos políticos, sociales y sindicales a las y los migrantes, así como el libre tránsito a través de Centroamérica y América del Norte.